Friday, February 23, 2007

Me hace falta sentir la mano de dios.

Me pone a llorar cuando los hombres cumplen sus sueños.

Chillo como un crío y una lágrima recorre mi rostro, y ahí sigo, al final de la calle confundido en las sombras de los edificios, viendo la escena, buscando la melancolía, robandome su fé, atrapando su alma en la imagen, para llevarla conmigo, y fantasear por el trayecto con que yo fui el que logró la gloria.

Y sentirme a ratos parte de todo eso, que logré un cambio.
y que no solamente fui un espectador más.



sueños entretejidos. Torreón Coahuila. 2007.

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