Wednesday, January 10, 2007

- Vamos a dejarnos de chingaderas y vamos a coger en el parquecito.

La voz ronca de Javier se vino a bajo y comenzó a gritar como chavita de secundaria cuando un par de plomazos le chingaron el coraje.

Ana mientras tanto sonreía desde la contra esquina volviendo a cargar el rifle.

- hijodetuputamadre así te quería agarrar, sin los pinches guaruras que siempre cargas.

Pensaba ana, mientras le vaciaba otros dos disparos, el viejo rifle del abuelo no daba para más.

Y esta historia sigue y continua, porque al pinche Javier no se le quita lo jarioso ni con los 4 hijos que ya tiene con diversas madres, ni porque a Ana no se le baja lo encabronada, la ira que comenzó el día 13 de Septiembre cuando se quedó esperando en la puerta de la iglesia a que llegara Javier, cosa que él nunca hizo.

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